martes, 31 de octubre de 2017

Y los náufragos...

La novela de Bioy nos abre interrogantes obre la vida de los náufragos, ante la duda, imaginamos. 


Unos años atrás, me echaron de mis tierras en Sudan. Me fui en barco, pero lamentablemente mi barco se hundió, toda mi familia murió ahogada o de frio. Yo, el único sobreviviente, fui nadando hacia algún lugar, solo tenia una naranja para alimentarme, la cual fue mi alimento por tres días.
Llegue a una pequeña Isla y lo primero que hice fue dormir, dormí 22 horas, ya que yo no dormí esos 3 días.
Al despertarme vi unas grandes construcciones, se trataba de la Isla Suakín, las ruinas parecían las de la Antigua Grecia, ni yo podía creer que ese era mi país, parecía otro mundo, algo mágico.
Éramos las construcciones y yo, y un naranjo, que todos los días al comer me hacían acordar a mi familia, pensar que ya no la tenia cerca me desvanecía cada vez mas, a veces tenia alucinaciones, pensaba que venia mi barco con ellxs, pero no.
Pasaron los días, semanas, meses, años… Y nada, me encontraba en soledad, comiendo naranjas, vestido con ramas y hojas, pasando frio los inviernos, me mojaba los días de lluvia, y ya no tenia esperanzas de nada.
Hoy estoy hablando desde mi conciencia, porque ya no tengo fuerzas, en un rato estaré con ellos, o quizá no. Solo se que este sera mi ultimo rato con vida, porque yo me estoy desvaneciendo, por frio, por tristeza, por soledad y por la maldita guerra.
Solo quiero, que quien vaya a la Isla Suakín, recuerde que esas naranjas, fueron quienes me ayudaron, porque a pesar de que estuve en soledad, ellas me ayudaron.


Bluxed Apkarian 

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