viernes, 24 de julio de 2015

Viajes fantásticos

Viaje a los mil y un Belgranos
(es un cuento sobre disparates de un viaje de pura fantasía)
Mientras caminaba para la casa de mi abuela (que queda en el barrio de Belgrano) me puse a pensar en el recorrido: Debía tomarme el 80 hasta ---, seguir derecho mientras cruzo 3 semáforos en rojo con mucho cuidado de que ninguno de los vecinos psicópatas me pisen. Después debo doblar para la izquierda y pasarme por el coto, tengo comprar 1 paquete de pan, 2 de galletitas y 5 de licuadoras. También me pidieron retirar las milanesas con papas fritas del restaurante favorito de portero. Si para esa etapa esto muy cansada llamo a mi tio para que me preste su tortuga voladora gigante, que aunque paresca muy disparatado, funciona. Pero también me combiene el subte, es muy seguro que para esta época del año (por la bajas temperaturas) no alla muchos de esos apestosos gusanos que suelen estar a bordo de estos trenes. El único problema es que me deja a unas 10, 3529 cuadras de distancia en las que me puede comer algún tigre o águila arpía que este al acecho. Pero devo tener fe en que las jirafas rojas los pisen antes de llegar a destino. Sin embargo tengo que cuidarme de los meteoritos que en cualquier momento pueden darle al Apolo 11 antes de que llegue a la Luna e incineren la batería de mi celular justo cuando estoy escuchando mi cansion favorita. En ese momento todo se detendría y no podría llear a la puerta del edificio para poder discutir con el portero si la plata de la comida me la devuelve en dólar blue o en yenes
(moneda que se utiliza en Japon, la Antartida y Pluto) tampoco podría alcanzar la puerta del departamento e intentar abrirla con algunas de las licuadoras que compre; ni mucho menos tendría la minima oportunidadde contarle a mi abuela, que en los 20 minutos de viaje en colectivo (que terminan en la parda que esta frente a la puerta del edificio) invente un cuento tirado de los pelos.

Sofi Merani

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