jueves, 17 de septiembre de 2015

Literatura e hipnosis



La calle estaba desierta. Después de un día completamente nublado, la noche no se presentaba muy agradable.
El frío, congelaba el asfalto lentamente, produciendo un entumecimiento de pies con cada paso que daba, mientras los guiaba por aquel sendero oscuro y desolado.
No era miedo. Tal vez era la inquietud de sentirme tan sola en un espacio tan grande, pero no era miedo. No era mideo, no era miedo. En medio de mis pensamientos, éstos quedaron cegados por una luz que de repente, comenzó a alimentar a mis ojos, ayudándome a seguir en pie.
Un pequeño sonido se interpuso ante mi. Entró por mis oídos, llegando a la parte mas profunda de mi subconsciente. "Tic, toc" resonó dentro de mi cabeza. "Tic, toc". Era incesante e irregular, pero no se detenía. Me aturdía cada vez más.
Detuve mi piernas por un momento. Todo quedó en silencio. Ya había logrado recuperar la calma que aquella molestia me había arrebatado. El golpe que producían las suelas de mis zapatos chocando con el piso también había desaparecido, dejandole un único lugar a mi agitada y jadeante respiración. Mi corazón comenzaba a acelerarse poco a poco. El pequeño ruido, molesto e insoportable, volvió a interrumpir la paz del ambiente. "Tic, toc", se hizo notar nuevamente. Miré hacia ambos lados, pero como ya había especulado algunos metros atrás, no se encontraba nadie cerca de mi. 
En un acto por no perder el poco equilibrio que me quedaba, una sombra, espantandome, causó que me tropezara y mi mano chocó con un pequeño fierro oxidado y comenzó a sangrar y no supe cómo detenerlo. Estaba desesperada, pero en un estado deprorable que no me permitía  reaccionar, ni siquera al dolor.
Me había dado por vencida, mi mano iba dejando un recorrido de gotas en el suelo, mi espalda se hallaba completamente encorvada, y mis pasos eran lentos. No quería seguir intentándolo, creí que esperar a que algo pasara sería lo mejor. Y así pasó.
"Tic, toc"
Me había tomado desprevenida.
 "Tic, toc"
 Comencé a sentir los ojos cada vez más y más pesados, encontrándolos un obstáculo para continuar. 
Caí.
Lo último que recuerdo es no haberme levantado. Tampoco había intentado hacerlo. 


"Ayer, a altas horas de la madrugada, habrían encontrado un rastro de sangre, que conducía a un pequeño charco de ésta misma. No hay noticias respecto al cuerpo de la victima. En la escena, solo se han encontrado un pequeño reloj de bolsillo, y una nota que deja leer con facilidad 'Gracias por el regalo'. Continúan las investigaciones."

Dolores García.

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