La calle estaba desierta. Después de un día
completamente nublado, la noche no se presentaba muy agradable.
El frío, congelaba el asfalto lentamente,
produciendo un entumecimiento de pies con cada paso que daba, mientras los
guiaba por aquel sendero oscuro y desolado.
No era miedo. Tal vez era la inquietud de
sentirme tan sola en un espacio tan grande, pero no era miedo. No era mideo, no
era miedo. En medio de mis pensamientos, éstos quedaron cegados por una luz que
de repente, comenzó a alimentar a mis ojos, ayudándome a seguir en pie.
Un pequeño sonido se interpuso ante mi. Entró
por mis oídos, llegando a la parte mas profunda de mi subconsciente. "Tic,
toc" resonó dentro de mi cabeza. "Tic, toc". Era incesante e
irregular, pero no se detenía. Me aturdía cada vez más.
Detuve mi piernas por un momento. Todo quedó
en silencio. Ya había logrado recuperar la calma que aquella molestia me había
arrebatado. El golpe que producían las suelas de mis zapatos chocando con el
piso también había desaparecido, dejandole un único lugar a mi agitada y
jadeante respiración. Mi corazón comenzaba a acelerarse poco a poco. El pequeño
ruido, molesto e insoportable, volvió a interrumpir la paz del ambiente.
"Tic, toc", se hizo notar nuevamente. Miré hacia ambos lados, pero
como ya había especulado algunos metros atrás, no se encontraba nadie cerca de
mi.
En un acto por no perder el poco equilibrio
que me quedaba, una sombra, espantandome, causó que me tropezara y mi mano
chocó con un pequeño fierro oxidado y comenzó a sangrar y no
supe cómo detenerlo. Estaba desesperada, pero en un estado deprorable que no me
permitía reaccionar, ni siquera al dolor.
Me había dado por vencida, mi mano iba dejando
un recorrido de gotas en el suelo, mi espalda se hallaba completamente
encorvada, y mis pasos eran lentos. No quería seguir intentándolo, creí que
esperar a que algo pasara sería lo mejor. Y así pasó.
"Tic, toc"
Me había tomado
desprevenida.
"Tic, toc"
Comencé a sentir los ojos cada vez más y
más pesados, encontrándolos un obstáculo para continuar.
Caí.
Lo último que recuerdo es no haberme
levantado. Tampoco había intentado hacerlo.
"Ayer, a altas horas de la madrugada,
habrían encontrado un rastro de sangre, que conducía a un pequeño charco de
ésta misma. No hay noticias respecto al cuerpo de la victima. En la escena,
solo se han encontrado un pequeño reloj de bolsillo, y una nota que deja leer
con facilidad 'Gracias por el regalo'. Continúan las investigaciones."
Dolores García.
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